martes, 9 de septiembre de 2008

Sorpresas.

Que horrible es guardarse los sentimientos, como decía aquella canción de
algún conocido trío:

"... No se da ni cuenta que cuando la miro, por no
delatarme me guardo un
suspiro, que mi amor callado se enciende por
verla..."
Acaba de pasar delante mío, por detrás del frío vidrio del salón de computación, solo me hiere el pensar en un potencial rechazo y distanciamiento junto con el hecho de tener que lidiar con el temido avatar del principio de incertidumbre de heisenberg en mi vida social (Al saber que ella me gusta, cambiaria su forma de ser delante mío) méndigas* fluctuaciones, su interés por mi creo que tiende a cero, si quieren saber como va mi interés respecto a ella, solo grafiquen:

f(x)=x²
Tal que x sea un elemento del conjunto N

Así de linda bonita está la cosa, creo que estallaré antes de lograr cualquier cosa.